Vi pedazos en el suelo,
los pedazos de un corazón roto,
preguntándome quién sería aquel
que sufría de ese modo.
Con los ojos vendados miré a mi alrededor,
nadie sufría, nadie estaba enfermo de amor.
Pero, ¡oh ceguera intencionada!
¡Oh falsa alegría fingida!
Recogí los trozos de mi corazón que allí yacía.
¿Cómo arreglar lo roto?
¿Cómo reparar un corazón desgarrado?
Tiempo, indiferencia, olvido…
Todo va unido.
Moraleja: si quieres superar tu pena
enfréntate a ella.
Me gusta!!
Me gustaMe gusta
🙂
Me gustaMe gusta
OK (gracias 🙂 )
Me gustaMe gusta