Quizás fue un sueño,
tal vez fue real.
Pero sea lo que sea,
sin duda,
su forma de amar jamás se me olvidará.
Sus labios recorriendo mi cuello,
sus manos moldeando mi cuerpo.
Su calor,
su olor,
su sabor…
¿Era sólo pasión?
¿Sólo sexo y descontrol?
¿Acaso en algo como aquello cabe esperar encontrar amor?
¿Es realmente necesario intentarlo?
Es sólo un recuerdo.
Tal vez de un momento vivido,
quizás sólo una ilusión.
Pero sea como sea permíteme imaginar que realmente pasó,
que de verdad probó mi cuerpo,
que yo el suyo saboreé
y aunque sea en mi fantasía, permíteme vivirlo otra vez.
-Ana María Otero-