Hoy ya sé que lo que querías no era algo especial.
Aunque lo negaras, nada distinto a lo demás.
Nunca faltó la sospecha, sólo la confirmación, pero como es más de lo mismo, el final no inesperado llegó, aseverando una presunción sobre la que nadie jamás dudó.
Tú querías un premio, eso nunca se dudó.
Se habló, se discutió, se analizó y así de este modo el premio se otorgó.
Todo tuyo. Es para ti.
¿No era eso lo que esperabas?
Lo siento pero siempre jugaste para ganar y por ello se premia tu dedicación.
Si el premio es una caja vacía, ¿no será porque tal vez nada más merecías?
-Ana María Otero-
Reblogueó esto en El Noticiero de Alvarez Galloso.
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🙂 👌
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Hay personas que son como esas cajas vacías,
mucha fachada, incluso un envoltorio bonito por fuera
y en el interior solo el vacío más absoluto,
su premio debería ser la indiferencia,
su premio sería, al mismo tiempo, su castigo.
Un abrazo, Ana Mª.
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😘
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No es mal premio una caja(nunca están vacías 😉)🙌
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El blog de Evelyn Tavares me ha traído hasta aquí y me alegro porque me gusta lo que he encontrado. Te deseo mucho ánimo para seguir con tu proyecto.
Me encantaría invitarte a tomar un té con hierbabuena en «El zoco del escriba» y así podamos seguir hablando de lo que prefieras.
Un abrazo.
Alberto Mrteh (El zoco del escriba)
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Agradezco la invitación y no dudes que me acercaré a “El zoco del escriba”.
Hasta pronto.
-Ana-
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Eres siempre bienvenida.
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