Creía que sí, que lo había logrado. Que de mi memoria, todos los recuerdos contigo al fin se habían borrado.
Ya no recordaba el tono de tu voz, ni siquiera de tus ojos el color. Al fin era libre, de tu hechizo había escapado. Nuevamente podía reír y lejos de ti, encontrar nuevos motivos para seguir. Pero no. Aunque durante un instante lo creí así, no tardé demasiado en confirmar, que un estúpido iluso es lo que soy en realidad, porque tal y como antes de marcharte tú aseguraste, después de probar, nunca jamás te podré olvidar, porque aunque durante un sutil instante de mi memoria logre apartarte, más tarde o más temprano, mezclada con un aroma, o incluida en una melodía, de modo inadvertido te acercarás y aunque yo no lo quiera, tu lugar una vez más volverás a ocupar.
-Ana María Otero-
Muy bueno
Me gustaLe gusta a 1 persona