Poesía hecha carne,
un sueño real,
una fantasía que no debe acabar.
Palabras pensadas,
por el viento tarareadas.
Sentimientos,
momentos grabados a fuego en el pecho.
No quiero, no puedo,
pero debo poner los pies en el suelo.
No es posible,
no es real
pero ¿qué más da?
Todavía no está prohibido soñar.
-Ana María Otero-
Reblogueó esto en El Noticiero de Alvarez Galloso.
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