Despertar con una flor,
con su aroma, su color.
Si es que como siempre
antes de marcharte
y mientras todavía dormía,
a mi lado,
en el lugar
que durante la noche
junto al mío tu cuerpo ocupó,
después de besarla
delicadamente dejaste
esa prenda que previamente a cada salida
me entregas como garantía
de que antes de que su olor se pierda,
antes de que su color se desvanezca
tú ya estarás de vuelta.
-Ana María Otero-