
-Imagen de Gerd Altmann en Pixabay –
No conoces mis secretos,
nunca te obsequié con ellos.
Sólo detalles inconexos
que libremente concedo
para que se juegue con ellos.
Parece todo
pero la verdad
es que no es nada.
Como una novela inacabada
que en realidad no está empezada.
Puedes intentar escribirla,
inventar al protagonista,
crear una vida aparentemente parecida
que en realidad
nada tendrá que ver con la mía,
que escondida, protegida,
nunca será compartida.
Luz, oscuridad,
beldad, fealdad,
bondad, maldad…
Sí, es mejor guardarlo y callar,
no sea que llegue a explotar.

-Imagen de Leandro De Carvalho en Pixabay –
-Ana María Otero-