
Sólo el cielo estrellado lo sabe.
Testigo mudo de nuestro arrebato,
silencioso custodio de nuestro secreto,
de un prohibido momento compartido,
de un intenso frenesí
que nuestra razón no pudo,
no quiso controlar.
Deseo, desenfreno, pasión…
Nunca digas que no,
que nunca más se repetirá,
porque igual que el cielo estrellado,
los dos sabemos que con un cruce de miradas,
todo ese afán reprimido
quedará nuevamente en libertad
arrastrando, envolviendo nuestros cuerpos que sin duda,
igual que siempre sucederá,
se entregarán el uno al otro,
incapaces de ignorar todo ese deseo,
toda esa pasión que inexcusablemente
surge entre nosotros dos.

-Ana María Otero-
-Imágenes tomadas de Pixabay–
Reblogueó esto en El Noticiero de Alvarez Galloso.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias
Me gustaMe gusta
De nada
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me encanta, aprovechar el momento, nada puede detener la pasión, basta la conspiración de una sola estrella, y está se derramará, basta una sola mirada, y el alma se incendiará. Me ha gustado, hoy le dí vueltas a esto en un escrito. Enhorabuena, por el texto, Saludos. 😘😀👌
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias por pasarte por aquí (yo le acabo de echar un vistazo a tu blog y sé que volveré 😉). Saludos…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Lo mismo digo Ana, es super atractivo todo cuanto escribes, y llega, así que visitaré los barrios de tus palabras muy a menudo. 😀😀👌😘
Me gustaLe gusta a 1 persona
Y yo los tuyos 😘
Me gustaMe gusta