
-Imagen de Gordon Johnson en Pixabay-
A veces pienso que debería recibir sanción eso de robar un corazón. Vale, sí, tienes toda la razón, porque tú nunca actuaste a traición. Sencillamente te acercaste, una sonrisa me dedicaste y fui yo quien, queriendo o sin querer, ante ella sucumbió, permitiendo que me atrapara, deseando que de mi lado ya nunca te apartaras.
Por ello veo claro que puestos a culpar, ya nada me podrá salvar, porque acuso de ladrón a quién noblemente ganó mi corazón. Así que, sin acusar, sin culpar, me gustaría contarte un secreto. ¿Mío?, ¿tuyo?, ¿compartido? Da igual, si quieres lo averiguamos luego, porque ahora necesito confesar que sólo junto a ti quiero encontrar el significado real de la palabra amar.

Es que el corazón es muy manipulable, le dan un par de masajitos lisonjeros y ya le han ganado…
Me gustaLe gusta a 2 personas