
Mano a mano escribiendo un cuento que nunca podría ser cierto. Alimentando una fantasía sin cabida en esta vida. Un entretenimiento pasajero que anima el momento con un absurdo argumento, que seguirá creciendo hasta que la tinta se agote. Instante en el que sin más llegará el final y la necesidad de archivar el cuento para sin perderlo, poder empezar uno nuevo.
