
–Imagen de Harald Matern en Pixabay-
Una sombra en la pared,
un reflejo en el espejo.
No deben estar ahí
pero nunca causan miedo.
Sólo observan y analizan,
protegiendo con esmero
lo que perciben valioso
aunque otro sea su dueño.
Nunca piden nada a cambio,
porque es su castigo eterno,
al haber tomado en vida
algo pese a que era ajeno.
