
-Imagen de CHRIS carroll en Pixabay –
Su rostro,
deliciosa piel de porcelana
que tras observarla,
sin posibilidad de escape
invita a tocarla
y apreciar esa suavidad
con capacidad para hechizar.
Que embruja,
que embelesa,
que lleva a perder la cabeza,
nublando la razón,
embriagando los sentidos,
con esa pureza extrema
que no parece ser cierta.

Piel de porcelana(c)Ana María Otero