
Un momento especial
que no se puede borrar,
porque como ese,
nunca habrá otro igual.
Cautivador encuentro,
el roce de unos labios
que nunca antes se habían tocado.
Instante indeleble,
con cautela custodiado,
día a día evocado para que así
el recuerdo sea renovado.
Añoranza, anhelo, deseo…
Tan simple, tan soberbio.
Sí, todo eso en nada más que un beso.

El recuerdo de un beso(c)Ana María Otero