
Me quieres asustar
asegurando que te vas
y que nunca más volverás,
sin embargo te quedas
y nunca te alejas.
Si por casualidad cruzas la puerta,
nunca la cierras,
ya que del mismo modo que yo,
tú no dudas que vas a volver
porque estamos atados
por un sentimiento compartido,
tú y yo por siempre unidos.

© Ana María Otero