
Y la vi mirando al cielo,
sin decir una palabra.
Así me acerqué junto a ella
y al cielo alcé la mirada;
yo también quería admirar
todo lo que ella observaba.
Y pasaron varias horas,
más no logré encontrar nada.
>>¿Qué es lo que observas, amiga,
que te tiene así embriagada?
>>Alza la vista y verás.
>>Lo intento más no veo nada.
>>¿Es que no ves las estrellas?
De la gente enamorada
y con el corazón roto,
fragmentos son de sus almas.
>>¿Y tú como sabes eso?
>>¿Es que no oyes como claman,
pronunciando suplicantes
el nombre de aquel al que aman?
Todas me cuentan sus penas,
pero una que está callada,
brilla más que ninguna,
la que más fuertemente ama.
>>Yo sí conozco a esa estrella,
la que dices que tanto ama,
pero que nada te dice.
Es el pedazo del alma
de un pobre hombre enamorado,
que de ella no espera nada.
>>¿Y cómo puedes saberlo?
>>Porque ese trozo es de mi alma.
Si nunca nada te ha dicho
es porque tú eres mi amada.
Ella le miró a los ojos
y al cielo alzó la mirada.
>>Esa otra estrella a su lado,
es un fragmento de mi alma,
que lloraba de desdicha
al pensar que a otra la amabas.
Ahora se ven en el cielo
dos estrellas muy cercanas.
Ahora ya no lloran tristes.
Ahora están enamoradas.
Almas enamoradas(c) Ana María Otero
Todos los derechos reservados. Esta obra está protegida por las leyes de copyright y tratados internacionales.
WOW! Me ha encantado, en serio! En vez de «las mata callando… las ama callando» Muy muy muy bonito!
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Me alegra que te haya gustado 😀
Gracias por tus palabras!!!
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Muy bello!!!
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