Dime que tengo razón

Por favor: dime que tengo razón,

que en esta ocasión no fui yo quien se equivocó.

Que es verdad que nunca me amaste

y que no fui yo quien te rompió el corazón.

Que no es por mí por quien casi diste tu vida,

que es otra persona la responsable de todo lo que pasó.

Que fue tu temeridad

y no amor incondicional hacia mí la que te obligó.

Dicen que el que calla otorga,

pero en este caso yo sé que no.

Ojalá ahora tus gritos me ensordecieran,

tus quejas me exasperaran y ojalá después de la riña,

pudiéramos como siempre arreglar nuestras diferencias

cuerpo contra cuerpo en la cama.

¿Por qué no fui consciente del riesgo que por mí correrías?

¿Por qué eres tú y no yo quien ahora se muere

por haber defendido a alguien que tu incondicional amor nunca mereció,

que ahora que te pierde descubre lo grande,

lo maravilloso que eso que en realidad nunca antes apreció?

Dime que tengo razón (c) Ana María Otero

Todos los derechos reservados. Esta obra está protegida por las leyes de copyright y tratados internacionales.

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